Los retos y maravillas de la Adopción

Lucía de los Santos

Escrito por

Lucía de los Santos



Los retos y maravillas de la Adopción

Reproducción


Adopción

15 de octubre del 2017


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Más de una vez hemos escuchado y quizás pensado en la adopción. La última vez que yo pensaba en adoptar como una de las posibles alternativas de ejercer mi reproductividad me topé con una condición médica de infertilidad la cual me hizo reevaluar mis ideas sobre la adopción, siendo que esta parecía ya ser la única opción. Al hacerlo me encontré con muchos miedos y fantasías que no había reconocido y que parecen presentar la mayoría de las personas y/o parejas que están en proceso de adopción, sea por convicción o resultado de alguna casual de infertilidad.

Hablemos de la adopción. Para empezar el proceso mismo de adopción es arduo y complejo. Según el DIF (2013) , los requisitos para adoptar son: acreditar que se tiene una edad de más de 17 años respecto de la edad del menor que se pretenda adoptar, ser persona de "buenas costumbres", aprobar exámenes psicológicos y socioeconómicos para demostrar que se tiene la madurez mental y solvencia económica para sufragar los gastos de manutención dxl menor que se pretende adoptar, no tener antecedentes penales y demostrar que la adopción es benéfica para el menor que se pretende adoptar.

Una vez que se cumplen con estos requisitos y unos cuantos -burocráticos- más, se procede a la espera. El tiempo de espera radica en la edad dxl niñx que se pretende adoptar, sin embargo, según me han reportado, en algunos casos el tiempo puede ser tan breve como 7-10 meses o tan largo como 4-7 años. Sea como sea, el proceso administrativo es uno, pero el psicológico de adaptación es otro.

Parece que el proceso de la adopción tiene muchas otras implicaciones, tanto para los padres como para los hijos. Hablemos de los padres. Es común que las parejas que desean adoptar hayan hablado de esta decisión previo a comenzar un proceso de adopción, sin embargo, ya sea antes, durante o después se presentan varias interrogantes en cada uno de ellos como en la pareja. La mayoría de estas no se comentan en público pero se suelen preguntar cosas como:

  • ¿Y si el bebé tienen alguna condición física o mental de salud?
  • ¿Y si los padres tienen algún trastorno mental genético?
  • ¿Qué haré cuando me pregunten por qué no se parece a mí?
  • ¿Le digo que es adoptadx? ¿Cuándo y cómo le digo que es adoptadx?
  • ¿Qué implicaciones tiene no conocer la historia médica de sus familiares?
  • ¿Y si soy mal padre/madre?
  • ¿Y si no me quiere y prefiere a su madre/padre biológico y se quiere ir?


Igualmente para los niñxs en edades más avanzadas, el proceso de ser adoptado incita cuestionamientos sobre su futuro.

  • ¿Me escogieron o salí del montón?
  • ¿Y si me quieren cambiar por otro?


Todas estas cuestiones deberán de ser respondidas pero todo a su tiempo, tanto para los padres como para el bebé adoptadx. Los padres deben procurar contestar todos sus cuestionamientos previo a que llegue el bebé o niñx, sin embargo, la gran mayoría de estos miedos son tan comunes como los de padres biológicos que tienen un primer hijo. La incertidumbre y el miedo a los retos de crianza estarán presentes hasta que llegue el/la niñx a sus vidas y tengan entonces que atender sus necesidades.

Por el lado de lxs niñxs es crítico que se contesten todas sus preguntas desde un enfoque de amor incondicional y en los momentos adecuados. Es importante que eviten las edades críticas de desarrollo de identidad 8-15 años para mencionar su adopción por primera vez. Según comenta una especialista que adoptó y ha tenido una experiencia muy satisfactoria, es recomendable que el/la niñx tenga consciencia de que fue adoptado desde un principio. Esto se plantea desde el amor y el cariño. Se pueden contar historias en dónde se pueda visualizar que el/la niñx era muy deseado por sus padres adoptivos y entonces Dios (o quién gusten) lo puso en este mundo para que ellos pudieran adoptarlo y hacer una familia etc. Básicamente, lo ideal es plantearle al niñx que aunque su madre biológica lo tuvo, el siempre fue hijx de esta pareja o persona.

Eventualmente irá creciendo y sus preguntas se harán más específicas, pero ya sabrá la verdad y reconocerá el amor que se le tiene. Siempre se deben contestar las preguntas acorde a la edad del niñx y aclarando, aunque sea evidente, el amor que se le tiene.

Con todo esto, me vuelvo a preguntar mi deseo de adoptar pues presenta muchos retos y miedos a confrontar, sin embargo, sea como sea, son los mismos retos y miedos que se presentan en la reproducción al biológicamente tener un hijo. Así, creo que lo que me debo y debemos cuestionarnos es, más bien ¿estamos listos para ser criar niñxs?

Evidentemente el paternaje y maternaje son procesos de vida para los cuales se debe de preparar. Debemos, como personas responsable, prepararnos mental, física, económica y socialmente para recibir a un hijo y criarlo en un ambiente saludable, con amor y cariño, recursos y medios suficientes para facilitar un desarrollo saludable y pleno que, por cierto, aún así no hay garantías de éxito.

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