Las mujeres y la diversidad camino a Feministlán ¿Y los hombres?

Lucía de los Santos

Escrito por

Lucía de los Santos



Las mujeres y la diversidad camino a Feministlán ¿Y los hombres?

Género


Masculinidad

5 de febrero del 2018


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Después de un 2017 particularmente activo para la consciencia y la causa feminista, las mujeres están más fuertes y asertivas que nunca. La lucha y los logros feministas implican también logros en materia de derechos para la población LGBT+ y unas cuantas otras minorías. Dependiendo de la interseccionalidad de la lucha, el feminismo se ve acercando poco a poco a todas las minorías y logrando impactos cada vez más contundentes. Logrando con esto, un inicio del 2018 que celebra el fallo de La Corte Interamericana de Derechos Humanos -considerado histórico- a favor del matrimonio igualitario y la identidad sexual.

Ahí vamos pues, las mujeres y la bandera de colores, en la conquista de feministlán -Pero ¿y los hombres? **

¿Qué ha pasado con los hombres en este camino y tiempo? Me pregunto cómo lo estarán procesando. Considero que a estas alturas habría que ser más que ciego y/o sordo para no haberse percatado ya del clima -habrían de ser insensibles, supongo-. No hay que saber nada para poder sentir -no hay edad ni requisitos- y no puedo dejar de preguntarme ¿qué están sintiendo? ¿qué están pensando?

Con la denuncia pública de la masividad de casos de acoso y abuso sexual y violaciones, con el número excesivo de feminicidios y transfeminicidios al año, con la cantidad de marchas por la diversidad y por las mujeres ¿qué ha pasado con los hombres? La mayoría de los hombres con los que he tocado el tema parecen consternados. En general mencionan que no imaginaban la gravedad y el tamaño del problema así como la cercanía de las víctimas o de los agresores, hasta ahora.

Me pregunto si esta nueva consciencia ha llegado a permear sus pensamientos. Me pregunto si estarán revisando sus conductas o las de los hombres cercanos; revisando sus recuerdos de citas o relaciones, sus acercamientos o abordajes. Me pregunto si revisarán sus ideas de ligue o coqueteo y los límites de las mismas. Me atrevo incluso a preguntarme si estarán revisando la homosexualidad desde otros ángulos. Y, curiosamente me pregunto también, si revisan en privado o en grupo.

Me pregunto si la internalización del machismo tan profunda ha tambaleado y si ahora puede hacer introspecciones más objetivas -menos machistas. ¿Estarán repasando sus encuentros sexuales? ¿Sus relaciones afectivas con mujeres? ¿Estarán revisando si alguna vez fueron acosadores? ¿abusadores? ¿violadores? ¿Lo fueron? ¿Lo son? ¿Lo sabrían reconocer? Reconocerse machista -aunque para algunos sigue siendo cosa de orgullo- empieza a traducirse en defecto y verse defectuoso jamás ha sido fácil. ¿Lo podrían reconocer?

Me pregunto si todos estos cambios y logros han tocado la masculinidad. ¿Seguirán pensando que lo emocional no es de hombres? Acostumbrados a dignificarse con el “no sentir” -no llorar, no quejarse, aguantar y no quebrarse- ¿será que ahora consideran sus emociones? ¿Las reconocen? ¿Las pueden verbalizar? ¿Qué pasa ahora entre hombres cuando se quiebran? ¿Se apoyan y se escuchan o continúan llamándose mujeres y jotos? Me pregunto si estarán aprendiendo algo sobre el silencio o -ya sino- sobre el dolor de la injusticia que se guarda en secreto. Quizás algunos comienzan a sentirse identificados en el dolor o en el callar.

Me pregunto si su lenguaje ha cambiado. ¿Sus artículos genéricos siguen masculinos? ¿Sus insultos siguen femeninos? Quizás algunos hombres empiezan a escucharse diciendo marica, joto, o puto y por fin escuchan la misoginia detrás de estas palabras; el insulto es ser mujer. Y entre los hombres gays, ¿seguirán insistiendo en rol sexual pasivo como el devaluado? ¿Insisten en que ser mujer/femenino es defecto? En las escuelas, primarias y secundarias, ¿se sigue validando la masculinidad en función de la habilidad deportiva? ¿seguirán haciendo esos sonidos primitivos cuando ríen en grupo que odiaba yo en la secundaria?

En lo sexual, me pregunto si siguen clasificando mujeres entre putas y vírgenes. ¿será que aún piensan que el número de las parejas sexuales de una mujer es inversamente proporcional a su dignidad? ¿Siguen pensando que es “mejor” tener una pareja que no haya tenido vida sexual? ¿siguen midiendo la hombría en centímetros del pene? ¿Será que después de tantos años de hablar del clítoris siguen pensando que el orgasmo de la mujer depende del pene o de la penetración?

Me pregunto si entre ellos hablan de vergüenzas o culpas y cuáles serían. ¿qué les avergüenza? ¿qué les genera culpa? Me pregunto si aún tienen el destino determinado como proveedores o si empiezan a considerar alternativas. Y la paternidad y la crianza ¿cómo la ven ahora? ¿insisten en el azul y el futbol?

¿Se estarán dando cuenta que el machismo está mucho más cerca e internalizado de lo que creían? ¿Lo estarán revisando entre ellos o para ellos?

En la consulta trabajo con muchos hombres y de alguna u otra forma este 2017 les abrió el canal para repensar lo que se valora como masculino. He tenido casos que van desde depresiones significativas a partir no poder dignificarse como proveedor que terminan con disfunciones sexuales y problemas de pareja que solo empeoran la situación. He tenido casos de hombres que llegan con problemas de autoestima y de masculinidad – se sienten “poco hombres”- por no poder “darle” orgasmos a su pareja, ignorando que el orgasmo se tiene por medio del clítoris y que el tamaño de su pene, duración o estamina no son si quiera relevantes para mujeres que nunca han tenido orgasmos. Otros más que su virilidad está puesta sobre su fertilidad y ante un diagnóstico de infertilidad se debilita o lastima su identidad de género produciendo fuertes crisis emocionales.

He estado trabajando con hombres que se tienen que replantear el abuso sexual que han vivido sus parejas o incluso ellos mismos. Igualmente, otros que tienen que revisar las veces que quizá fueron ellos mismos acosadores o abusadores y lo hacen con dolor y vergüenza. Otros más que juran tener problemas sexuales que más bien son expectativas irreales para cualquier hombre y, sin embargo, les produce mucho malestar pues las expectativas son “el desempeño esperado de un hombre” y de nuevo, se lastima su identidad de género. Otros cuántos más que empiezan a procesar porqué para sus parejas mujeres “dejarse llevar” en las relaciones sexuales es mucho más complejo que para los hombres pues los riesgos sociales y físicos son mucho más altos para las mujeres. Así, mujeres que consideraban que tenían bajo deseo, pasan a tener un deseo normal y más bien se comprende que la sexualidad de la mujer es mucho más compleja -al ser tan castigada- que la de los hombres que suele ser celebrada.

En la consulta me ha tocado trabajar con muchos hombres. Todos con la absoluta intención de entender, sanar y sentirse mejor y -debo confesar que- trabajando la masculinidad tan rígida bajo la cual fueren criados, no solo sanan ellos sino que empatizan mucho más y mejor con las mujeres. Poco a poco, empiezan a comprender que hay femenino y masculino en todos y que el género es una construcción social que como tal puede destruirse o deconstruirse. Con el tiempo les va quedando claro que ellos pueden determinar su propia forma de ser hombres y no tiene porqué incluir opresión a la mujer. ¡Claro, todo esto es en psicoterapia sexual! . ¿Qué está pasando con los demás? ¿Están procesando la importancia del feminismo y de la equidad? ¿Estarán entendiendo que femenino y mujer no son insultos? ¿Estarán replanteándose alguna nueva forma de “ser hombres”?



**chiste feminista

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