Homosexualidad: Los de adentro, los de afuera (2 de 4)

Gibran Rodríguez

Escrito por

Gibran Rodríguez



Homosexualidad: Los de adentro, los de afuera (2 de 4)

General


Historia de la sexualidad

15 de enero del 2018


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Este artículo es el segundo de una serie de cuatro que resumen los hechos que antecedieron a la decisión de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA por sus siglas en inglés) sobre la eliminación de la categoría diagnóstica 302.0 Perturbación de la orientación sexual (homosexualidad), del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales en su segunda edición (DSM-II). Da clic aquí para leer el primer artículo

Como describimos en el artículo anterior, “Homosexualidad: 81 palabras que cambiaron la historia”, la homosexualidad estaba clasificada como un trastorno mental en el DSM-II, la designada “biblia de la psiquiatría”. Como la comunidad psiquiátrica creía que la homosexualidad era patológica (es decir, una enfermedad), se legitimizaba el que la sociedad en general también la considerara así. Por tanto, las personas homosexuales eran despedidas de sus trabajos, acosadas, negadas de sus derechos y, en general, tratadas como parias (lo cual, lastimosamente, aún es una realidad). También se les restringió el ejercicio de la psiquiatría, pues ¿cómo permitirían a una persona que está “enferma” el trabajar en el campo de la salud mental?

La erradicación de la homosexualidad como trastorno mental en el DSM-II no ocurrió de la mano de una sola persona ni de un momento a otro, sino que fue un proceso complejo que involucró a numerosos actores. Como muchas decisiones que afectan la vida pública, las influencias políticas, culturales e históricas cobran relevancia al determinar cómo es que este evento sucedió. En estos tiempos en los que es común que se señalen a los grupos de. activistas como meros entes que alteran el orden de la sociedad y la “paz”, esta serie de artículos pretende reivindicarlos al enfatizar el rol que tuvieron en la despatologización de la homosexualidad por parte de la APA, aún y cuando ya existía evidencia científica que contrariaba el que se considerase como una patología.

En el periodo comprendido entre la década de los 40s y los 60s, la APA era una asociación muy conservadora. Era una organización conformada por personas descritas como hombres de negocio-psiquiatras: “hombres de pelo gris, bien intencionados, muy al estilo de los años 50”. En 1968, ante la publicación del DSM-II que incluía la ya mencionada categoría diagnóstica, el ruido no vino de adentro de la APA, sino de fuera. Sólo unos cuantos grupos activistas se alzaron para señalar que esta designación era equivocada pues no necesitaban que curaran su deseo sexual, sino que se erradicara el estigma para que pudieran tener acceso a sus derechos civiles.

Las protestas, no obstante, hicieron nulo eco al interior de la APA, al menos en un principio. Esto no sorprende si consideramos que para principios de los años 70, alrededor del 90% de los miembros de la APA coincidía en que la homosexualidad era un trastorno mental, incluyendo a aquellos psiquiatras que se identificaban a sí mismos como homosexuales. John Fryer era uno de ellos.

John Fryer sabía que la homosexualidad era considerada una enfermedad desde que comenzó su preparación para ejercer como psiquiatra. Esto, según menciona, fue muy duro de superar, aún y cuando comenzó a conocer a otros psiquiatras homosexuales. Es más, existían tantos psiquiatras homosexuales afiliados a la APA que comenzaron a congregarse en secreto durante las convenciones anuales de esta organización e inclusive ¡se comenzaron a llamar a sí mismos como la GAYPA! Sin embargo, ellos nunca propusieron hacer algo al respecto de la patologización de la homosexualidad; Fryer comenta que esto tal vez se debía a su propia homofobia internalizada o al hecho de que muchos de estos psiquiatras consideraban que estaba “bien” ser vistos como enfermos.

En aquel entonces, también existían dos especialistas que dominaban el campo de estudio de la homosexualidad: Irving Bieber y Charles Socarides. Ambos psicoanalistas, habían sido reconocidos por su trabajo que pretendía explicar cómo se gestaba la homosexualidad en el seno de la interacción madre-hijo. Ambos brindaron las bases para el tratamiento psiquiátrico de las personas homosexuales: psicoterapia tradicional, terapia hormonal y, en muchos casos, terapia de aversión. Este último tratamiento funcionaba de la siguiente manera: los pacientes eran conectados a máquinas de electroshock, se les daba pornografía gay y se les electrocutaba si demostraban algún indicio de excitación. Hoy en día, este tratamiento es considerado, sin lugar a dudas, sumamente barbárico; la cuestión es que los psiquiatras de aquel entonces no lo consideraban así.

Si recordamos bien, desde la perspectiva cristiana, la homosexualidad era (¿es?) vista como un pecado, un crimen en contra de Dios; el que la tradición médica explicara la homosexualidad desde una perspectiva de enfermedad, en donde se liberaba al individuo de toda culpa, era visto como algo positivo para algunas personas (pues es una enfermedad, algo que padecen). Lxs psiquiatras, entonces, eran los “salvadores” que ayudaban a la persona enferma a librarse del mal que les aquejaba. Así, en 1970, cuando activistas gay intervinieron en una conferencia de la APA en la que estaba presente el Dr. Bieber para reclamarle el daño que hacía a la población gay con su trabajo, la reacción fue de sorpresa. Los psiquiatras se sentían acusados, pues, en su mayoría, se consideraban a sí mismos como individuos que habían dedicado su vida a ayudar al prójimo. Se sentían incomprendidos y falsamente acusados; inclusive los psiquiatras de la GAYPA no estuvieron de acuerdo con esta intervención por parte de los activistas. Los miembros de la APA fueron llamados opresores y sádicos.

Varias intervenciones por parte de activistas siguieron a este último acontecimiento. El cambio de perspectiva no se dio de la noche a la mañana, ni mucho menos fue el resultado de un único incidente. Mientras la conciencia de los miembros de la APA era sacudida con las intervenciones de activistas externos, existían también incipientes fuerzas internas planeando participar. A principios de los 70s, un grupo de psiquiatras liberales liderado por John P. Spiegel se conformó con la intención de renovar a la APA desde adentro. Este grupo liberal, que formó parte de un subcomité dentro de la estructura organizacional de la institución, postuló candidatos más sensibles a problemas sociales, como la guerra de Vietnam, y abiertos a nuevas teorías, como los postulados feministas, para ocupar puestos dentro de la APA. Consideraban que si se reemplazaban a los psiquiatras conservadores de una vez por todas, podría transformarse el ejercicio de la psiquiatría en los Estados Unidos. Pero no fue sino hasta que los activistas entraron en contacto directamente con lxs psiquiatras que el cambio comenzó a ocurrir. Es decir, la confluencia de movimientos al interior y al exterior de la organización, en un contexto de resistencia al cambio, fue lo que finalmente contribuyó a la erradicación de la homosexualidad del DSM-II.

La información en la que se basa este artículo se obtuvo de This American Life, un programa de radio transmitido en los Estados Unidos. El 18 de enero de 2002, Alix Spiegel, pariente de uno de los actores principales en esta historia, relató lo sucedido con base en las historias que se contaban en su familia y en entrevistas que realizó a las partes involucradas. Para escuchar la versión original de este podcast (en inglés), da clic en la siguiente liga:

Para escuchar la versión original de este podcast (en inglés), da clic aquí mismo.

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