Instituto Somah

Como ya hemos revisado, la sexualidad se refiere a una dimensión fundamental del ser humano. Es decir, es parte esencial de todo sujeto y conforma todo un aspecto de su identidad.

La sexualidad está basada en el sexo (XX/XY); incluye al género (masculino/femenino); las identidades de sexo y género; la orientación sexual (hetero, homo o bisexual); el erotismo; la vinculación afectiva y el amor, y finalmente la reproducción.

En otras palabras, la sexualidad implica más que la actividad sexual con fines eróticos o reproductivos. La sexualidad está presente desde el día en el que nacemos y hasta nuestros últimos días. Se expresa en forma de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, actividades, prácticas, roles y relaciones. La sexualidad se manifiesta en cómo nos vestimos; qué decimos; qué y cómo pensamos; qué hacemos, y cómo lo hacemos. En pocas palabras: la sexualidad se hace presente en todo lo que somos, sentimos, pensamos y hacemos.

Precisamente porque la sexualidad es tan abarcante, en el último siglo han surgido distintos modelos que buscan conceptualizarla y estructurarla. Para estudiar la sexualidad nos basamos en el Modelo Holónico propuesto por el Dr. Eusebio Rubio Aurioles, sexólogo mexicano, que propone cuatro grandes rubros que conforman a la sexualidad: el género , la reproductividad , los vínculos afectivos y el erotismo. Estos holones forman un sistema o un todo completo al interactuar entre sí; pero también, cada uno es lo suficientemente complejo para poderse expresar de manera individual en nuestras vidas. A lo largo de los siguientes artículos hablaremos a detalle de los holones de este modelo.